¿Alguna vez has soñado con tener un rostro más definido, con mejillas menos prominentes y un aspecto más estilizado? La bichectomía podría ser la respuesta. Este procedimiento, que ha ganado popularidad en los últimos años, ofrece resultados naturales y duraderos. A continuación, te guiaré a través de los puntos clave de la bichectomía o cirugía de reducción de mejillas.
La bichectomía es una cirugía estética que consiste en la extracción de las bolsas de Bichat, unos pequeños cúmulos de grasa que todos tenemos en las mejillas. Al eliminar estas bolsas, conseguimos estilizar y afinar el rostro, resaltando los pómulos y definiendo el óvalo facial.
La intervención es ambulatoria y dura entre 30 minutos a una hora. Se realiza bajo anestesia local y las incisiones se hacen por dentro de la boca, por lo que no deja cicatrices visibles.
Después de la cirugía, es normal experimentar algo de inflamación, pero esta suele disminuir en una semana. Se recomienda seguir una dieta blanda y evitar actividades físicas intensas durante los primeros días.
Como toda cirugía, la bichectomía conlleva ciertos riesgos, aunque son mínimos. Es fundamental que el procedimiento sea realizado por un cirujano plástico cualificado y en un entorno adecuado para garantizar la seguridad del paciente.
Aunque los cambios se notan casi inmediatamente, el resultado final se aprecia al cabo de un par de meses, cuando la inflamación ha desaparecido por completo. Los pacientes suelen estar encantados con su nuevo aspecto, más juvenil y definido.
La bichectomía es una excelente opción para quienes buscan definir y estilizar su rostro, logrando un aspecto más anguloso y sofisticado. Es una intervención mínimamente invasiva que ofrece resultados naturales y duraderos. Si estás considerando este procedimiento, te recomiendo agendar una consulta de valoración con nosotros para determinar si es el adecuado para ti.